lunes, 22 de septiembre de 2008

La perfecta solución para empeorar más tu vida.

Queridos lectores, hoy, como motivo del estreno del décimo aniversario, y por tanto, de un nuevo Gran Hermano, me dispongo a criticar a las personas que entran y a los televidentes.

De todos es de sobra conocido, que estoy en contra de ver magazines y prensa del corazón. También odio la prensa amarillista, pero éso es otro cantar.
La televisión en España, por lo menos, a raíz de este programa y de muchos otros como Operación Triunfo, La isla de los Famosos, Supervivientes... y algún reality que se me escapará... ha empezado a decaer.
En mi infancia, habían series de dibujos animados a las 18:00 de la tarde en la mayoría de las emisoras (Antena 3 o Telecinco) de las que ahora mismo estamos hasta el gorro de ver. Y sí, qué queréis que os diga, prefería ver series de los Power Ranger, Pokémon, Óliver y Benji... antes que Aquí hay tomate, A tu lado, Está pasando, El diario de Patricia...
Es una opinión bastante imparcial que la mayoría de la gente (yo incluído) que admira programas bastante currados, o series con muchísimo sentido... que al final son relevadas por el olvido, porque la serie de turno es popular.

Sinceramente os digo, estoy completamente harto de este tipo de programas. De pequeño no recuerdo que la prensa del corazón estuviera TAN extendida joder.
Odiaba los telediarios porque siempre traían malas noticias y terrorismo.
Ahora también los sigo odiando, pero es que últimamente todos los programas para debatir opiniones políticas, acaban hablando de famosos y de su vida. Que no nos importa por cierto.

Escribo esta entrada dedicada en solitario a aquellas personas que piensan que su vida va muy mal, que se le sube demasiado el agua al cuello a fin de mes, y que quiere cambiar de vida... ¡No es necesario ir a un reality show!
Además de ser vergonzoso el hecho de ganar dinero por permanecer 3 meses en una casa con MÁS LUJOS DE LOS QUE HABÍAS ALCANZADO NUNCA, después de salir de la casa, pretenden quedarse a debatir en los platós de televisión y poner a parir a los famosos. Y ganar dinero por ello.

Si no te gusta tu modo de vivir la vida... ¿por qué no realizas cosas nuevas?
Puedes estudiar un módulo y cambiar de trabajo... y si te pones hasta una carrera.
Puedes cambiar de ciudad, establecerte en un lugar que sea idóneo de tu inspiración.
Puedes incluso hasta cambiar de amigos, cambiar de teléfono, de casa... cambiar el nombre...

¿Pero para qué vas a entrar a un programa donde la gente te va a poner a parir y tu luego vas a sacar una tajada de dineral?
Ah... cierto, se me olvidaba, el dinero. Pero como es tan fácil poner la mano en vez de sudar... sabe mejor el dinero... ganaríamos más con menos esfuerzo.

¿Por qué las personas estamos habituadas a la ley del mínimo esfuerzo? ¿Por qué no somos gente honrada y nos ganamos nuestro dinero con el sudor de nuestra frente? ¿Por qué renunciamos tan rápidamente a la ética y dejamos de discernir lo que está bien de lo que está mal? ¿Por qué nos conformamos solamente con el mínimo esfuerzo?

A todas estas preguntas, ni yo mismo sé responder porque alguna vez he caído en este maldito juego. Pero una cosa tengo clara: Mi vida es mía, y de nadie más. No la compartiría con nadie ni por dinero, ni aunque me prometieran la gloria eterna.

Pero creo que es todo por la impaciencia del ser humano. El ser humano es como un arquitecto al cual se le derrumba un edificio quedando solo la primera planta y es tan impaciente que prefiere construir sobre la primera, en vez de derrumbar el edificio para empezar a fijar de nuevo los cimientos. Así somos, es nuestra naturaleza. Empezamos mal y luego no solo queremos enmendar el error, sino que queremos seguir a la altura de la realidad y tapar como sea la mierda.

No señores, a lo horrendo también hay que enfrentarse, vencerlo y no sólamente dejarlo atrás, sino eliminarlo. Para poder así empezar de nuevo, con experiencia y cometiendo menos errores.

Espero que si un día os veis en las mismas circunstancias que los concursantes de Gran Hermano, leais esta entrada primero, y luego decidáis.

Bien como dijo Jack el destripador... "Vayamos por partes", ahora opinaré acerca de las personas que ven Gran Hermano, o este tipo de programas, realities, prensa rosa como interesantes. Porque aunque no hable de lo mismo, en verdad todo trata sobre la vida que no nos importa de los famosillos de turno, y sus extravagancias.

¿Tan mal te va la vida como para estar enganchado a una vida que no es la tuya?, como dije antes, tú y nadie más que tú puede cambiarla.
¿Es normal seguir a gente que ni se molestan en hablar correctamente, quitando puestos de trabajo a periodistas que se han currado su carrera, en los programas de debate?
¿Es realmente sano el escuchar el griterío de los debates, el cómo se ponen a parir y el cómo se odian sólamente cuando hay $dinero$ por medio?
¿Es posible que no nos demos cuenta de la hipocresía de estos programas?, ¿de que los famosos jamás te van a contar su vida si nadie le ofrece dinero?
¿Sabéis que estais apoyando este tipo de programas con solo ver la televisión, aunque no compreis revistas ni nada de eso?, el Share de las audiencias es quien marca el futuro de un programa. Y no solo de ese programa, también marca un camino acerca del tipo de programas que le gusta a la audiencia.

Escudarse en las típicas excusas de: 'Pues a mí me gusta', 'mola cantidad' y cosas por el estilo es fácil al principio. Pero después de 10 programas, CREO YO que ya nos hemos dado cuenta del asco que puede dar y que es sieeeeeeeeempre lo mismo.

Ahora, después de ésta crítica, me ha venido a la mente la denuncia de Telecinco a la Sexta por emitir indebidamente vídeos de sus programas.
Bien, Sé lo que hicisteis, al principio era un programa tipo 'La batidora', donde ponían cosas varias como: errores garrafales, descuidos inoportunos, extravagancias y curiosidades...
Tuvo tanto éxito que al final llegó a ser un programa de parodia de los programas del corazón. Criticaban la falta de profesionalidad de éstos y ponían videos graciosos del Youtube.
Sí, a veces les faltaba originalidad, lo sé, no les voy a defender en ese aspecto.
Pero gracias a ellos, comprendí que la prensa del corazón es únicamente un círculo vicioso alimentado por el dinero y por los televidentes que sin darse cuenta, alimentan la fantasía y las desgracias de la gente.
Gracias a 'Sé lo que hicisteis', se puso de manifiesto la falta de medios, la falta de ganas, la falta de esfuerzo, de muchísimos programas de Telecinco y... cómo no, Telecinco, en vez de actuar de una forma profesional, es decir, haciendo los programas como Dios manda, ha decidido ir por los tribunales.

Así que, invito a todo televidente que no le guste la prensa del corazón, a que no la vea, y si la pone, que cambie de canal ipsofácticamente.

Aunque puede que mi consejo caiga en saco roto, ahí la dejo.

Un saludo bloggeros,



"La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen." -Ramiro de Maeztu-

jueves, 11 de septiembre de 2008

He estado contemplando la conformidad...

Siempre he pensado que todo lo que he hecho en mi llana vida, lo había hecho con el pleno convencimiento de que todas mis acciones habían estado dominadas en su totalidad por mí. Y que todos los caminos recorridos hasta ahora los volvería a recorrer aún sabiendo las consecuencias. Eso no es todo, también he dicho que estoy viviendo la vida como se merece. Es decir, que se supone que estoy agusto con mi vida.

Bien, gracias a alguien, he descubierto que podría cambiar demasiadas cosas de las que no estoy conforme, más bien porque no he sido yo quien ha decidido lo que hacer, sino que ha sido por una imposición externa.
O simplemente porque las he decidido yo por temor a enfrentarme a la vida. Sí, hay veces que la vida da tanto miedo que dan ganas de esconderse o por lo menos de huir para enfrentarte a ella otro día.

Hoy puedo decir, que me he cansado de huir de los problemas, ya que no creo que se solucionen solos y huir de ellos solo provoca que se agranden.
También puedo decir, que mi vida no está nada mal, pero está claro, podría ser mucho mejor.

Esta entrada no ha decaído en que os cuente mi vida, sino en criticar mi conformismo ante la vida, el dejarla pasar, el dejar de disfrutarla y el reconocimiento social.
Ésto último, es lo que más asco me está dando últimamente. Pues parece que el reconocimiento lo pierdes nada más que te equivocas al tomar una decisión según la humanidad. Puede que no te equivoques realmente y estés haciendo lo que pienses que es mejor para tí o lo que más te motive. Mientras tanto, ese reconocimiento social, lo único que le interesa es que actues según sus convicciones sin tener en cuenta lo que de verdad quieres para tí.

Yo pienso que disfruto la vida, pero no al máximo como parece que la disfrutan algunos, sino que empiezo a comprender y a apreciar las distintas cuestiones que tiene la vida y ello me agrada. Por desgracia, en la vida se incluyen también a las personas.

No sé si dejo la vida pasar, sentado desde mi silla de despacho. La verdad es que podría tener más proyectos en mente y bastante menos nimiedades en el presente.
No sé si me gustará lo que estudio, ni si me gustará trabajar en lo mío.

Como decía Amarant, en el Final Fantasy 9, 'No sé lo que busco en realidad, y quizá no quiera saberlo'. La frase puede encajarme mejor que un anillo al dedo.
Quién sabe, quizá es lo que busco y no me he dado cuenta hasta que lo haga. Quizá es uno más de mis sendas perdidas en el abismo del pasado. Quizá es una desilusión más en mi lista de desilusiones.

Como describía en mi perfil, yo no me conozco a mí mismo, y eso pienso que es un problema. Algún día me daré cuenta de quién soy, de dónde vengo, a dónde voy y lo más importante: para qué sirvo.

Si tras leer estas líneas pensais, queridos lectores, que tengo ganas de suicidarme, es que no me conocéis ni una pizca.

Simplemente, hoy, ese alguien, ha conseguido inspirarme el valor de poder cambiar para sentirme un poco más agusto conmigo mismo, para que mi conciencia, -aquella imposible de vencer-, me deje en paz de una vez por todas.

Creo que he de terminar mis metas antes de empezar otras metas, dejándome la piel en el camino si es necesario... ojalá un día me atreviera a ponerlo en práctica.

Los idealismos son muy bonitos, -por no decir utópicos, de vez en cuando-, pero llevados a la práctica son lo más duro de todo que he podido experimentar en esta existencia.

Siempre he esperado el día en el que diga basta, en el que rompa las reglas, en el que el camino a seguir lo marcase yo, y nadie más que yo... ¿y por qué esperar más?
Ya estoy harto de que me marquen el camino, de que marquen mi vida y de que me incluyan en un estereotipo como si fuera un paradigma.

Vamos a ver, no soy el modelo de nadie, ni pretendo serlo, si alguien quiere ser como yo, no se lo aconsejo, pues hay millones de clichés a imitar.

Saludos bloggeros,


PD: Nota mental: Son las 4 de la mañana, no consigo dormir gracias a cierto alguien que me ha hecho reflexionar (que por cierto, muchas gracias ;)). El blog es una grandísima terapia para el fluir de mis pensamientos. Siempre podréis desechar esta entrada y ver otras menos rallantes.


"La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen." -Ramiro de Maeztu-

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Sucumbir en una dura pugna contra la conciencia

Tras estar un buen tiempo sin escribir, que eso no implica que no reflexione, me he decidido a exponer un tema en el cual siempre he intentado decantarme por un lado, en lugar de observar también al otro.

Yo siempre he sido fiel a mis principios, desde toda la vida. Serlo no es más que una impresora que inscribe tu nombre con tinta de color, porque el color negro está gastado.

Sí, la humanidad reniega de sus principios muy fácilmente. Yo nunca he pensado en hacerlo, hasta que he observado cual espectador en una función teatral, que la vida no es para limitarte a unas simples convicciones que te auto impones según tu ética. La vida tiene más placeres de los que uno, por principios, no se puede permitir.

Se puede hasta oler todas las injusticias que hay en este mundo, e ir por el camino correcto, el de los principios, tiene muchas más probabilidades para que se cruce el infortunio en forma de obstáculo.

El problema llega cuando rompes tus ideales y realizas un acto que no debería estar incluido en tu rutina. Todo se viene abajo por la propia conciencia de cada uno.

Pero ésta, además de influyente mensajera, es tan sumamente resistente que pocas veces desaparece, parece como si fuera el último resquicio de humanidad que queda insertada dentro del ser humano, escondida y secuestrada por el materialismo reinante en la suciedad.

¿Merece la pena seguir tus principios, cuando solamente se pueden imprimir con cartucho de color, o por contra, debemos renunciar a ellos tan fácilmente, para que la suciedad nos valore bien y nos pinte con letras de color negro?

Creo que el dinero no es más importante que los ideales de cada persona, y quien me contradiga, puedo invitarle a pulsar ALT + F4, ya que no creo que pueda reflexionar de nada sobre lo que hablo.

Queridos lectores, los cartuchos de color es una expresión metafórica, los cartuchos de color representan únicamente el diseño y la careta de un buen trabajo (como si de una persona se tratase), mientras que el cartucho de color negro solo lo hace en cantidad, letras y letras incoherentes, que parece encontrar en la humanidad gran aprecio por el sinsentido. Es decir, recurren a los valores materiales de la sociedad como el dinero, para ser mejor trabajo (y por desgracia, ‘mejor persona’).

Durante toda mi existencia, he tenido la grandísima fortuna de que se me otorgara con una tabla que recriminara mis actos al instante según unos valores morales basados en la educación. Esa magnánima fortuna no es otra que mi conciencia.

Pienso que asesinar a la conciencia es tan sumamente inmoral, como incendiar tu propia casa voluntariamente. Hacerlo solo podría conllevar más desgracias: si es un piso, quemar otras propiedades del vecindario; podrías ahogarte con el humo y morir intoxicado o quemado; te quedarías sin lugar donde dormir…

Pero no todos son desgracias, quizá cobraras una millonada del seguro…

Yo no podría quemar mi propia casa solo para cobrar dinero necesario para mis rutinarios vicios. Sería pan para hoy y hambre para mañana. Al igual que no puedo eliminar a la conciencia de mi mente, así como tampoco vencerla si me resigno a algún ideal propio, pues su juicio imparcial implora a mi voluntad, la cual siempre prefiere a mi conciencia que a mi mente. Mi voluntad es sometida bajo mi conciencia, ya que haciendo cita de la enunciación de Ramiro de Maeztu, yo pienso que mejor que sea esclavizada cuando se desmadre, a que se descontrole y yo cometa una locura.

Mi voluntad es libre hasta que declara la guerra abierta a la conciencia, que entonces es duramente reprimida.

La causa de la guerra, suelen ser los deseos, el placer, el egoísmo y la arrogancia.

Espero bloggeros, que haya al menos alguien que no asesine a su conciencia tan a la ligera. Y espero que la vida alguna vez deje de estar pintada con letras de color negro.

Un saludo,


"La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen." -Ramiro de Maeztu-