martes, 31 de julio de 2012

El final no tiene por qué ser triste, pero siempre es duro

Saludos, bloggeros. 

Dicen que cuando una puerta se cierra, se abre una ventana. Es posible que el propósito de una ventana sea la de ventilar la habitación, y que ésta, por seguridad, tenga barrotes empotrados para evitar que roben dentro. 

Es posible que por la ventana uno no pueda salir. Uno tendrá que contratar a alguien que quite esos barrotes, ya sea el tiempo o conociendo a alguien que tenga la capacidad para despojarlos de mi propiedad.

Así, podría salir de mi propiedad, encandilarme con la luz de las estrellas y volver a mirar ilusionado cómo un madero de leña arde en una fogata, proporcionando calor a su alrededor.

Tras estas breves líneas, que espero que sigan esta norma, un servidor vuelve por estos lugares, aunque sin tener claro si la puerta está atrancada o simplemente tiene un pestillo que desquitar.


"La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen." -Ramiro de Maeztu-