viernes, 12 de marzo de 2010

Nunca una noche venció a un amanecer...

Con este estribillo de 'Tu mismo', de Warcry, inicio esta nueva entrada. No tiene nada de particular, de hecho no sé ni por qué estoy ahora mismo, de madrugada, escribiendo... cuando debería estar durmiendo. Quizá sea por la nostalgia que acontece cada vez que abro mi blog y empieza a cantar Freddie Mercury... quizá no. No lo sé.
Solo quiero mencionar, sin extenderme demasiado, que algunos aspectos de la vida, nos entristecen, nos estresan... pero a veces, cuando todo parece perdido, esa persona, la que todos tenemos en mente, logra arrancarnos una sonrisa, darnos un motivo para seguir subsistiendo de manera indigna, y de repente, toda nuestra esperanza vuelve a florecer...
No hay que arrojar la toalla, mejor dicho, no voy a arrojar la toalla, ni por todas las piedras que intenten interponerse en mi camino. Aún haciendo equilibrismos para pasar entre ellas, haré que parezca fácil, para que los demás, en su intento, puedan seguirme.
Que el querido lector no intente encontrar sentido a estas pocas líneas, pues no se encontrará con la amueblada razón de la que suelo disponer, sino con el caos de mi encogido corazón.

Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.

-Sé tú mi límite (Valente)-